Pregorexia: causas, síntomas y cómo prevenirla

La pregorexia es una especie de anorexia que padece la mujer que está embarazada. Este término hace referencia a la enfermedad, aunque se trata de otra cosa, una fobia o miedo a engordar durante los meses que dura el embarazo.

Qué causa la pregorexia

Las causas son muchas. La sociedad evoluciona, pero también lo hace el ideal de belleza que sigue unos patrones estéticos muy concretos. La mujer embarazada que padece pregorexia siente auténtico temor a perder la silueta, lo que le lleva a descuidar su alimentación durante el periodo de gestación. De esa manera, el desarrollo y bienestar tanto de la madre como el feto peligra por querer conservar los actuales cánones de belleza.

Los factores que predisponen esta situación son varios:

  • Obsesión por el estado físico o el deporte.
  • La presión social.
  • Temas profesionales.
  • Trastornos en la alimentación.
  • Depresión y ansiedad.

Para prevenir este tipo de trastorno que puede poner en riesgo la salud de la madre y del feto, es fundamental detectarlo a tiempo. De hecho, los cuadros depresivos o los trastornos de la alimentación como la anorexia son factores de riesgo detectables antes del embarazo.

Síntomas

Tal y como sucede en el caso de los trastornos alimenticios como la anorexia, las embarazadas que padecen pregorexia no son conscientes del problema. Para ellas, su actitud es completamente normal, así que el papel de las personas que tienen alrededor resulta fundamental para detectar posibles señales.

Los síntomas destacados de la pregorexia están relacionados con el ejercicio físico y las variaciones en la alimentación:

  • Consumir dietas demasiado bajas. Se eliminan los hidratos de carbono y las grasas, que son las principales fuentes de energía del cuerpo.
  • Apenas se produce un incremento de peso durante la gestación.
  • Se controla bastante las calorías consumidas y hay una preocupación obsesiva por el aumento de peso.
  • Se intenta evitar a toda costa el incremento de la zona abdominal a partir del segundo trimestre, algo que resulta totalmente normal como consecuencia del crecimiento del feto.
  • Vómitos autoinducidos tras las comidas para eliminar parte del contenido energético que se ha consumido.
  • Se incrementa la actividad física, pero no con la intención de estar en forma sino para reducir las calorías consumidas.
  • La alimentación se restringe hasta el punto de no cubrir las necesidades básicas de vitaminas y minerales para la madre y el feto.
  • Negación del problema. No se pide ayuda para tratar de solucionarlo.

Las consecuencias negativas

La pregorexia o anorexia en el embarazo puede perjudicar gravemente a la madre y al feto. Las consecuencias negativas pueden ser nefastas al no recibir los nutrientes que sus organismos requieren para su desarrollo.

Los efectos de la pregorexia en la futura madre son los siguientes:

  • El organismo no recibe los minerales y vitaminas que necesita.
  • La masa muscular disminuye al no contar con el apoyo energético suficiente, las proteínas.
  • Estado de desnutrición que pone en peligro el adecuado mantenimiento del organismo.
  • Alteraciones de tipo enzimático y hormonal.
  • Cambios de humor y mal carácter.
  • La falta de vitaminas y nutrientes provoca problemas dermatológicos.
  • Regulación térmica corporal alterada. La desnutrición genera sensación de frío.
  • Problemas de deshidratación.
  • Lactancia materna insuficiente carente del poder nutricional que requiere el bebé.

En cuanto a las consecuencias para el feto, algunas de ellas pueden ser bastante graves:

  • Presentación de malformaciones.
  • Alteraciones de tipo neurológico.
  • Problemas respiratorios o digestivos al no tener un desarrollo completo.
  • Retrasos en el desarrollo.
  • Proclives a la obesidad. El metabolismo se adapta a la falta de nutrientes y una vez nacen y tienen acceso a los alimentos, el cuerpo que no está acostumbrado tiende a engordar.
  • Muerte fetal.

Prevención de la pregorexia

La pregorexia es una enfermedad psiquiátrica, así que su tratamiento requiere un equipo multidisciplinar que pueda cambiar estas alteraciones. En el momento en el que el médico diagnostica pregorexia durante el embarazo, se deberá poner en marcha un soporte formado por un equipo de expertos entre matronas, nutricionistas, ginecólogos, psicólogos y médicos. Solo así, la paciente podrá seguir unas pautas determinadas para evitar terribles consecuencias.

El psicólogo o psiquiatra deberá guiar a la paciente en el proceso de recuperación y el resto del grupo deberá apoyarlo en el tratamiento. De esa manera se atiende a nivel global, consiguiendo mejores resultados y una mejora significativa.

En cuanto a su prevención, hay que vigilar a la mujer embarazada que anteriormente ha padecido bulimia, anorexia o cualquier tipo de trastorno alimentario. Si se produce un comportamiento anómalo con respecto a la comida, es conveniente contactar con los especialistas.

Las horas de las comidas deben ser normalizadas y el ambiente creado a su alrededor debe ser tranquilo y distendido para evitar la tensión y el nerviosismo. No hay que perder de vista a la mujer pregoréxica, aunque tampoco hay que agobiarla con los ingredientes o la cantidad de comida para no empeorar la situación.

Tratamiento de la pregorexia

Para poder tratar la pregorexia se tiene que acudir a un psiquiatra o psicólogo ya que el origen de esta condición es psiquiátrica. Normalmente, esta enfermedad se trata con un conjunto de especialistas que incluyen a dietistas o nutricionistas, psiquiatras, psicólogos, etcétera.

En el tratamiento de la pregorexia lo que se persigue es que la persona pueda recuperarse de forma saludable y, para ello, se brindan algunas pautas que guíen durante todo el proceso. Se establecen las pautas alimentarias que deben seguirse para conseguir que el paciente mejore.

Para poder prevenir la aparición de pregorexia es importante llevar a cabo algunas medidas que ayudarán a evitar que esta condición aparezca. Aquí te dejamos algunos buenos consejos que pueden ayudarte:

  • Antecedentes: en el caso de que la mujer embarazada haya presentado episodios anteriores de anorexia y bulimia se deberá vigilar de forma concisa y minuciosa. Y ante cualquier conducta alimentaria que no sea normal, se debe contactar de inmediato con los médicos.
  • Ambiente relajado: durante las horas de comida se tiene que apostar por crear un ambiente óptimo y positivo para la mujer embarazada. La tensión debe rebajarse al máximo y las comidas tienen que normalizarse para que la mujer coma de forma tranquila.
  • No forzar: es muy habitual que las familias de las mujeres con pregorexia llenen su plato o estén muy encima de ella. Esto es contraproducente. Lo ideal es aportar por un tipo de comida relajada, tranquila y satisfactoria que permitirá que la mujer esté relajada y pueda comer con naturalidad.
  • Alimentación saludable: y, por supuesto, se recomienda que se apuesten por hábitos alimentarios que sean saludables para que la embarazada tenga claro que se está cuidando. Evitar los atracones de comida o los «antojos» es esencial para evitar que, después, se sienta culpable y termine vomitando o deje de comer durante algunos días.

La pregorexia puede ser una condición de salud complicada tanto para la futura mamá como para el bebé. Por eso, es recomendable que ante cualquier signo que detectes, contactes con un especialista para que te ayude.

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