El colon irritable, o síndrome del intestino irritable, es una patología por la que se tienen problemas en el sistema digestivo tras la ingesta de ciertas comidas, en situaciones de nerviosismo, o incluso en épocas de alto nivel de estrés. Hay diferentes tipos de síntomas que pueden surgir por padecer de colon irritable, pues según cómo se encuentre el resto del sistema digestivo de la persona que lo está padeciendo.
Cuando una persona ha sido diagnosticada con este problema, existen diferentes recomendaciones nutricionales que debe tener en cuenta, pues hay que realizar una serie de cambios en el día a día, así como en los hábitos alimenticios y en lo que forma parte de su dieta.
Muchas veces se piensa que añadiendo más fibra a la dieta se puede solucionar este problema que en ocasiones provoca estreñimiento, pero como todo, cualquier cosa en exceso no es bueno, y ante un caso de síndrome de colon irritable, tomar fibra esperando solventar esta situación no es la recomendación adecuada.
Ésta debe formar parte de la dieta y debe ser introducida de una forma progresiva en el día a día de la persona, pero no tomarla en exceso en aquellos momentos en que se padecen alteraciones de la circulación intestinal.
Qué es el síndrome del colon irritable
El síndrome del intestino irritable se basa en una afectación del intestino grueso, por lo que nuestro organismo es más propenso a tener problemas estomacales tras la ingesta de ciertos alimentos, o en épocas de estrés emocional.
Los cambios en los hábitos intestinales de la persona que padece de colon irritable se caracterizan por episodios de distensión, cólicos abdominales, además de diarrea y/o estreñimiento.
Es importante enfatizar que todos estos episodios generan molestias en la persona, pero no dañan el intestino ni el sistema digestivo, por eso los cambios de hábitos que se requieren deben realizarse de forma que la persona los adopte como algo sencillo y normal que llevar a cabo en su día a día.
El cuadro del síndrome del intestino irritable es común, aunque si se prefiere, un médico puede realizarle unas pruebas para confirmar que se trata solo de esta patología, y no se están padeciendo otras enfermedades que puedan estar dando lugar a estos síntomas.
Claves de la alimentación con colon irritable
Beber agua es uno de los principales puntos a tener en cuenta cuando se diagnostica a una persona con colon irritable. Es muy importante mantenerse siempre hidratado, además de que es una buena forma de que nuestro sistema digestivo se mantenga en constante activación, pero sin perjudicar a su ritmo, sino que se purifique y elimine toxinas.
Es muy importante cambiar, no sólo los alimentos que se ingieren, sino también la cantidad de estos, pues uno de los puntos más importantes que se deben tener en cuenta es cuánta comida se ingiere. Esta es una de las variaciones que suele acarrear más problemas, pues la persona piensa que le costará más saciarse, pero todo está en el equilibrio de reducir las cantidades de alimentos, junto con un cambio por alimentos menos procesados y más naturales, de una digestión más lenta como son las verduras de hoja verde, por ejemplo.
Cuando se trata de bebidas procesadas, el alcohol debe evitarse a toda costa en esta nueva dieta y estilo de vida, pues sus efectos acarrean malos síntomas. De la misma forma, las bebidas light – y en general cualquier tipo de producto etiquetado como tal – deben evitarse, pues los azúcares y edulcorantes químicos que llevan terminan por sentar mal.
Los lácteos y cualquier elemento que pueda ser “peligroso” de contener lactosa debe ser restringido de la dieta, pues las personas con colon irritable no suelen tolerar este tipo de azúcar. Para bebidas, se puede optar por bebidas vegetales, como: soja, avena, quinoa, arroz y almendra, entre otros.
También hay que vigilar con otros alimentos que aunque no seamos conscientes también suelen tener siempre leche en su composición, como los chocolates.
Alimentos para reducir los síntomas del colon irritable
Si ya hemos aplicado cambios en nuestra dieta y queremos ir un poco más allá, es muy importante incluir probióticos en nuestra ingesta diaria de comida y suplementos. Los probióticos son microorganismos que nos ayudan a regenerar – y repoblar – nuestra flora intestinal, de esta forma tenemos un correcto tránsito, pudiendo ayudarnos a combatir problemas generados por el síndrome del colon irritable.
Los probióticos se encuentran en alimentos lácteos, que recomendamos que se consuman sin lactosa para evitar posibles problemas posteriores derivados de este síndrome, aunque también se encuentran en la col fermentada, alimentos con base soja como el tofu, el miso o yogures; también se se puede optar por complementos de parafarmacia con los que ayudar a repoblar nuestra flora intestinal.